Dormir con lentillas: riesgos y consecuencias

Aunque muchos usuarios lo saben, sigue siendo una de las preguntas más repetidas: ¿qué pasa si me duermo con las lentillas puestas? La respuesta es sencilla: dormir con lentillas no es recomendable y puede traer consecuencias serias para la salud ocular.

A veces ocurre por descuido, otras por comodidad. Pero incluso una sola noche puede aumentar los riesgos de infecciones y molestias. Aquí te contamos qué sucede realmente y cómo evitar problemas.

¿Por qué no se debe dormir con lentillas?

Las lentillas reducen la cantidad de oxígeno que llega a la córnea. Durante el día, el parpadeo y la lubricación natural compensan este efecto. Pero al dormir, los ojos permanecen cerrados y la oxigenación desciende aún más.

Esto genera un entorno ideal para que proliferen bacterias y aumenta la posibilidad de complicaciones oculares.

Riesgos principales de dormir con lentillas

• Infecciones oculares: como la queratitis, que puede ser dolorosa y requerir tratamiento urgente.

• Sequedad e irritación: al despertar, los ojos suelen sentirse ásperos o resecos.

• Visión borrosa temporal: causada por falta de oxigenación en la córnea.

• Mayor acumulación de depósitos: proteínas y residuos se adhieren más a la lentilla durante la noche.

¿Qué hacer si te has quedado dormido con lentillas?

• Retíralas en cuanto te despiertes, nunca fuerces el ojo si está seco.

• Usa lágrimas artificiales antes de quitarlas para evitar daño en la superficie ocular.

• Deja descansar tus ojos el resto del día con gafas.

• Si notas dolor, enrojecimiento intenso o visión borrosa persistente, acude a un especialista.

¿Existen lentillas aptas para dormir?

Sí, existen lentillas diseñadas para uso prolongado o continuo, que permiten dormir con ellas durante varios días. Sin embargo, no son habituales y deben usarse únicamente bajo supervisión médica.

Conclusión

Dormir con lentillas puede parecer inofensivo, pero los riesgos superan cualquier comodidad momentánea. La recomendación general es retirarlas siempre antes de dormir, incluso en siestas cortas. Tus ojos necesitan oxígeno y descanso para mantenerse sanos y cómodos.